jueves, 11 de octubre de 2012

EL METEORO DEL ARMAGEDDON

La película METEORO de Ronald Neame (1979) está basada en el género no tan ciencia ficción, sino un poco mas realista de lo que se cree. En plena Guerra Fría, Estados Unidos y la Unión Soviética deben olvidar sus diferencias y colaborar en la prevención de una inminente catástrofe planetaria: la caída de un enorme meteorito sobre la Tierra. Mientras intentan encontrar una solución, un científico americano (Sean Connery) y una traductora soviética (Natalie Wood) vivirán un romance debajo de escombros descontrolados.
Henry Fonda, como el presidente de USA, intenta calmar los ánimos, aunque para ello deba limar asperezas con sus pares soviéticos, fomentando la unión de los científicos de ambas naciones en pos de elaborar un plan para salvar la Tierra, y para ello deben usar los misiles que están apuntando a cada uno de sus países en el espacio ( Hercules de USA) y (Pedro el Grande de la URSS), demostrando asi que cada uno se había preparado para aniquilar al otro. 
A veces, como lo explicaba esa famosa película de culto "El día que paralizaron la Tierra "(1951), donde se nos muestra la forma en que aquellos que detentan el poder y el control de nuestras vidas se convierten en la amenaza de dos seres totalmente incomprendidos, un visitante de las estrellas que viene con un mensaje de paz y un llamado de atención a nuestros impulsos destructivos.
Aquí en Meteoro es la propia naturaleza la que pone a la civilización al borde de la extinción, y como decía Klaatu al final de la remake de la misma película de 1951 pero en 2008, " los humanos cambian sólo cuando están al borde del precipicio ". Es lamentable tener que cambiar cuando se llega al límite, pero esa parece ser la condición humana.

Ahora la pregunta es ¿ tenemos la capacidad para poder destruir o desviar asteroides o cometas que puedan poner en peligro la Tierra ?. Ya han tenido lugar a menudo en el pasado importantes colisiones de asteroides.Entre ellas se encuentra la devastación a escala regional que en el evento de Tunguska (Siberia), ocurrido hace más de 100 años (1908), lo causó un objeto de tan solo unas pocas decenas de metros de diámetro, pero con la energía de 1.000 bombas de Hiroshima.

Hace 65 millones de años, otro asteroide colisionó cerca de la Península de Yucatán (México) y con toda probabilidad fue responsable de la extinción de la mitad de todas las especies animales, incluidos los dinosaurios.
La probabilidad de que otro objeto de tal tamaño colisione en los próximos 10.000 años es de cerca del 100%, pero no sabemos cuándo… De los miles de asteroides ya identificados que cruzan la trayectoria de la Tierra, no se espera que ninguno choque con nuestro planeta en los próximos 100 años. Sin embargo, solo podemos ver una fracción del total real de objetos cercanos a la Tierra.

Como tan apropiadamente señalara el escritor Arthur C. Clarke, “la razón por la que los dinosaurios no lograron sobrevivir es porque carecían de un programa espacial”.
La Unión Europea ha decidido invertir en la protección del planeta frente a colisiones de objetos cercanos a la Tierra (Near-Earth Objects o NEO, por su sigla en inglés), tales como asteroides o cometas, dentro del marco del programa europeo NEOShield. Este proyecto supondrá la mayor actividad internacional del mundo en este campo, con la participación de instituciones y empresas de toda Europa, Estados Unidos y Rusia.

El trabajo del programa NEOShield será coordinado desde el Instituto de Planetología de Berlín (parte de la Agencia Espacial Alemana DLR). Dentro del marco del programa NEOShield, Astrium dirigirá las actividades técnicas de un consorcio industrial encargado de definir los que podrían ser los conceptos básicos en la protección del planeta frente a objetos cercanos a la Tierra.
Uno de los conceptos más prometedores de dicha misión estriba en el llamado “impactador cinético”: una nave espacial se estrella a una altísima velocidad contra el asteroide, de forma que éste sufra un pequeño impulso que trastoque su órbita levemente, pero lo suficiente como para desviarse de su trayectoria original de colisión. Astrium ya había estudiado este concepto hace unos cuantos años por encargo de la Agencia Espacial Europea (ESA), y procederá ahora a su actualización y elaboración.
El aspecto técnico más crítico del impactador cinético radica en la orientación, navegación y control de colisión contra el objeto. El impactador necesita velocidades relativas superiores a 10 km/s y una precisión espacial con un margen de tan solo unos pocos metros. Por esa razón, dos equipos de Astrium trabajarán en paralelo, cada uno con conceptos de su propio acervo. El equipo de Astrium Satellites atesora una vasta experiencia en misiones interplanetarias, mientras que el de Astrium Space Transportation ha demostrado con acierto conceptos basados en la navegación de cohetes y en el ATV, el vehículo carguero espacial europeo.
Las misiones espaciales de desviación de asteroides ya deberían ser posibles con la tecnología actual, sin embargo éstas, todavía han de adaptarse para tal fin. El núcleo de la actividad del programa NEO-Shield consiste en la preparación de una misión de demostración de mitigación.

Astrium se encargará asimismo de supervisar la labor técnica de los socios internacionales, que se centrarán en otros dos conceptos relacionados con la desviación de asteroides. El primero está basado en la interacción gravitatoria entre un asteroide y una nave espacial. La atracción gravitatoria de una nave espacial llamada “tractor gravitatorio” en las inmediaciones de un asteroide durante un largo periodo de tiempo causaría el cambio de órbita del asteroide. El concepto de tractor gravitatorio será investigado por el Instituto Carl Sagan, de Palo Alto (California), que también lleva a cabo trabajos similares para la NASA. El concepto alternativo a este sería la deflexión (en vez de la destrucción) mediante una explosión cercana a la superficie del asteroide. Este concepto, denominado «deflexión por onda expansiva» será investigado por el TsNIImash, una institución rusa que también trabaja para la agencia espacial rusa Roskosmos.

"Por lo tanto, la ciencia ficción se nutre de la realidad y la ciencia necesita la imaginación para avanzar. No se trata, pues, de mundos incompatibles".


"End of transmission"


 

 



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