lunes, 19 de noviembre de 2012

UNA FUSION TELETRANSPORTADA

Dentro de la ciencia ficción, hay casi siempre una referencia al uso del teletransporte, esto mismo lo vemos en La mosca (The Fly) película del año 1986 dirigida por David Cronenberg, y protagonizada por Jeff Goldblum junto a Geena Davis y John Getz. Esta película es una remake de la película de 1958 dirigida por Kurt Neumann, y que protagonizaron David Hedison (Viaje al fondo del mar) y nada menos que Vincent Price, quizás uno de los mejores actores de Hollywood. 

Jeff Goldblum da vida a Seth Brundle, un excéntrico y solitario científico que crea uno de los inventos más revolucionarios de la historia: la cabina de teletransportación. En un intento por ponerla a prueba a la vez que ignora todo atisbo de prudencia, decide usarse a sí mismo como cobayo en la primera teletransportación aplicada a un humano, con la mala suerte de que una mosca se introduce junto con él en el artefacto.
A partir de allí comenzará para Brundle una gradual pero definitiva transformación, una inquietante metamorfosis que le consumirá poco a poco, poniéndole en peligro a él y a los que le rodean.
Es en esta transformación donde reside el principal interés de la película. A través de la actuación de Goldblum vemos todas las facetas del cambio de Seth, desde su fascinación por los poderes que experimenta (salud, vigor, fuerza, rapidez y la posibilidad de caminar por las paredes) hasta el posterior espanto al ver que su cuerpo humano literalmente se cae a pedazos para revelar el amasijo de carnes que oculta su nueva apariencia de hombre–insecto, tras lo cual luchará por asirse desesperadamente a los últimos vestigios de su humanidad.
La transformación de Brundle es la eterna metáfora de Cronenberg: el hombre preso de su condición, prisionero de su propio cuerpo y su propia mente.

¿Será viable el teletransporte en humanos algún día? Estamos a años luz del desarrollo de una máquina de teletransportación como la que hablamos en “La mosca” ó en otras de ciencia ficción. Las leyes de la física pueden incluso hacer imposible crear un dispositivo que permita a una persona ser enviada de inmediato de un sitio a otro, lo cual requeriría viajar a la velocidad del la luz. Para que una persona pudiera ser transportada de este modo, una máquina tendría que reconocer y analizar los trillones de átomos que forman el cuerpo humano. Entonces tendría que enviar esa información a otra localización, donde el cuerpo sería reconstruido con una precisión inimaginable. Las moléculas no podrían estar separadas ni un milímetro, ya que el individuo podría acabar con serios daños físicos y neurológicos.

Sin embargo, como todas las tecnologías, los científicos están seguros de poder continuar con las mejoras en las ideas que ya tienen de la teletransportación. Se espera que algún día, estos viajes  puedan hacerse de forma fluida y a distancias de miles o incuso millones de kilómetros, y todo ello en pocos segundos. Lo cierto es que tendremos que esperar mucho para ver si esto se puede hacer realidad, por lo menos con humanos, ya que con partículas (fotones) sí se están haciendo en estos momentos dentro de la física cuántica.


“Revoloteaba alegremente; era una mariposa muy contenta de serlo. No sabía que era Chuang Tse. De repente despierta. Era Chuang Tse y se asombró de serlo. Ya no le era posible saber si era Chuang Tse que soñaba ser una mariposa, o era una mariposa que soñaba ser Chuang Tse.” parábola de Zhuangzi, filósofo taoísta chino.

"End of transmission".


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