viernes, 30 de noviembre de 2012

RECUERDOS DEL FUTURO MARCIANO



El Vengador del Futuro, o su título en inglés Total Recall, es una película de ciencia ficción de 1990, cuyo afamado director fue Paul Verhoeven, interpretada por Arnol Schwarzenegger, Ronny Cox, Sharon Stone, Rachel Ticotin y ese gran actor fetiche Michael Ironside. En este año 2012 se hizo la remake de la misma.
La acción transcurre en el año 2084, Doug Quaid, un obrero de la construcción con una vida de apariencia perfecta, está siendo perturbado por una serie de sueños relacionados con Marte. Mal puede saber que esos sueños son la huella de una intriga que le llevará al planeta rojo y a enfrentar una poderosa corporación interplanetaria. 


Thriller de ciencia ficción futurista basado en un cuento (Tiempo de Marte) de Philip K. Dick, él fué un prolífico escritor y novelista estadounidense de ciencia ficción, que influyó notablemente en dicho género. 
Dick trató temas como la sociología, la política y la metafísica en sus primeras novelas, donde predominaban las empresas monopolísticas, los gobiernos autoritarios y los estados alterados de conciencia, cualquier parecido con algún gobierno sudamericano es mera coincidencia de la ciencia ficción...

¿Hay posibilidad científica de borrar nuestros recuerdos ?

La posibilidad de borrar recuerdos de manera selectiva puede sonar a ciencia ficción. Pero esto podría ser aplicable, algún día, para el tratamiento de recuerdos asociados al miedo y que debilitan la vida de las personas, como el síndrome de estrés postraumático asociado con la guerra, violaciones u otras situaciones traumáticas”, explicó Richard L. Huganir, director de Neurociencias de la Universidad Johns Hopkins de USA, quién hizo una investigación.
Hace tres años se conoció la aparición de una molécula bautizada como ZIP.

¿Su función? Eliminar por completo recuerdos concretos que se hayan reactivado en ese momento, sin importar que sean relacionados con el miedo, alguna situación placentera o un conocimiento espacial.
La molécula ZIP actuó con éxito al inhibiendo la enzima cerebral PKM zeta. Sí, una vez más, en pruebas con ratones, aunque los científicos están confiados en que tendrían los mismos resultados en humanos.
Yadin Dudai, del Instituto Weizmann de Rehovot, Israel, aseguró que las memorias maduran con el tiempo, como los órganos. Explicó que ese proceso es conocido como consolidación de la traza.
“Hasta hace poco se le consideraba un fenómeno irreversible. Una vez consolidados, los recuerdos se consideraban estables y muy resistentes”.

"Si busco en mis recuerdos los que me han dejado un sabor duradero, si hago balance de las horas que han valido la pena, siempre me encuentro con aquellas que no me procuraron ninguna fortuna". Antoine de Saint-Exupery.

"End of transmission".




lunes, 19 de noviembre de 2012

UNA FUSION TELETRANSPORTADA

Dentro de la ciencia ficción, hay casi siempre una referencia al uso del teletransporte, esto mismo lo vemos en La mosca (The Fly) película del año 1986 dirigida por David Cronenberg, y protagonizada por Jeff Goldblum junto a Geena Davis y John Getz. Esta película es una remake de la película de 1958 dirigida por Kurt Neumann, y que protagonizaron David Hedison (Viaje al fondo del mar) y nada menos que Vincent Price, quizás uno de los mejores actores de Hollywood. 

Jeff Goldblum da vida a Seth Brundle, un excéntrico y solitario científico que crea uno de los inventos más revolucionarios de la historia: la cabina de teletransportación. En un intento por ponerla a prueba a la vez que ignora todo atisbo de prudencia, decide usarse a sí mismo como cobayo en la primera teletransportación aplicada a un humano, con la mala suerte de que una mosca se introduce junto con él en el artefacto.
A partir de allí comenzará para Brundle una gradual pero definitiva transformación, una inquietante metamorfosis que le consumirá poco a poco, poniéndole en peligro a él y a los que le rodean.
Es en esta transformación donde reside el principal interés de la película. A través de la actuación de Goldblum vemos todas las facetas del cambio de Seth, desde su fascinación por los poderes que experimenta (salud, vigor, fuerza, rapidez y la posibilidad de caminar por las paredes) hasta el posterior espanto al ver que su cuerpo humano literalmente se cae a pedazos para revelar el amasijo de carnes que oculta su nueva apariencia de hombre–insecto, tras lo cual luchará por asirse desesperadamente a los últimos vestigios de su humanidad.
La transformación de Brundle es la eterna metáfora de Cronenberg: el hombre preso de su condición, prisionero de su propio cuerpo y su propia mente.

¿Será viable el teletransporte en humanos algún día? Estamos a años luz del desarrollo de una máquina de teletransportación como la que hablamos en “La mosca” ó en otras de ciencia ficción. Las leyes de la física pueden incluso hacer imposible crear un dispositivo que permita a una persona ser enviada de inmediato de un sitio a otro, lo cual requeriría viajar a la velocidad del la luz. Para que una persona pudiera ser transportada de este modo, una máquina tendría que reconocer y analizar los trillones de átomos que forman el cuerpo humano. Entonces tendría que enviar esa información a otra localización, donde el cuerpo sería reconstruido con una precisión inimaginable. Las moléculas no podrían estar separadas ni un milímetro, ya que el individuo podría acabar con serios daños físicos y neurológicos.

Sin embargo, como todas las tecnologías, los científicos están seguros de poder continuar con las mejoras en las ideas que ya tienen de la teletransportación. Se espera que algún día, estos viajes  puedan hacerse de forma fluida y a distancias de miles o incuso millones de kilómetros, y todo ello en pocos segundos. Lo cierto es que tendremos que esperar mucho para ver si esto se puede hacer realidad, por lo menos con humanos, ya que con partículas (fotones) sí se están haciendo en estos momentos dentro de la física cuántica.


“Revoloteaba alegremente; era una mariposa muy contenta de serlo. No sabía que era Chuang Tse. De repente despierta. Era Chuang Tse y se asombró de serlo. Ya no le era posible saber si era Chuang Tse que soñaba ser una mariposa, o era una mariposa que soñaba ser Chuang Tse.” parábola de Zhuangzi, filósofo taoísta chino.

"End of transmission".


jueves, 15 de noviembre de 2012

VOLVER DEL FUTURO AL PASADO



Regreso al futuro es una película de ciencia ficción de 1985 dirigida y escrita por Robert Zemeckis, producida por Steven Spielberg y protagonizada por Michael J. Fox ( Marty) y Christopher Lloyd (Doc). Tras su estreno se convirtió en la película más exitosa de ese año, al recaudar más de 380 millones USD a nivel mundial y obtener críticas positivas en su gran mayoría, y hoy ya es una película de culto para todos los amantes de la ciencia ficción.

La historia comienza en 1985 con Marty McFly, un joven de diecisiete años de edad que vive con sus padres y sus hermanos en la ficticia Hill Valley, California; su padre es un hombre fracasado, tímido y de poco carácter y posee un empleo de mala paga en donde, además de serle muy servicial a su jefe Biff Tannen, debe soportar constantes burlas y humillaciones por parte de su superior.

Marty es enviado accidentalmente a 1955 en una "máquina del tiempo", construida a partir de un automóvil DeLorean propulsado con plutonio, la cual fue inventada por el científico, Emmett "Doc" Brown. Durante su, a veces histérico, pero siempre sorprendente, viaje de regreso en el tiempo, Marty debe asegurarse que sus futuros padres, entonces adolescentes, se conozcan y se enamoren - para que él pueda volver al futuro.

Los viajes en el tiempo, ya sean al pasado o al futuro, han tenido un lugar destacado en la literatura de Ciencia-Ficción. Desde que H.G. Wells escribiese "La Máquina del Tiempo" (1895), enviando a su protagonista varios miles de años hacia adelante -concretamente al año 802.701-, otros escritores -con mayor o menor fortuna- optaron también por adentrarse en semejantes paradojas. En 1899, Mark Twain hizo lo propio con "Un yanqui en la corte del rey Arturo", aunque en esta ocasión el protagonista viajó unos cuántos siglos atrás. En 1923, el escritor E.V. Odle ofrece otra sugerente posibilidad en "The Clockwork Man": un personaje del futuro llega accidentalmente a nuestra época.
El deseo humano por trascender la realidad cotidiana ha sido perfectamente reflejado en las novelas de ciencia-ficción dedicadas a los viajes temporales, algunas de las cuáles -como la citada obra de Wells- han sido luego llevadas a las pantallas del cine. Sin duda, la ciencia-ficción ha bebido de las fuentes del progreso científico y tecnológico -no hay más que recordar las extraordinarias obras de Julio Verne-. Es por ello que, cuando Albert Einstein comenzó a desarrollar a principios de siglo su revolucionaria Teoría de la Relatividad -según la cual el tiempo no es absoluto sino relativo-, numerosos autores de literatura fantástica descubrieron ahí un buen material para sus trabajos narrativos.

El tiempo, desde nuestra percepción humana, parece transcurrir en una sola dirección: del pasado al futuro. Es la llamada "flecha del tiempo". Cada día que pasa envejecemos un poco más, cuando cae una taza al suelo se rompe en pedazos, etc. etc. Nunca ocurre lo contrario. Ni rejuvenecemos ni la taza salta desde el suelo recobrando su forma original.
En su exitosa obra "Historia del Tiempo" (1988), Stephen Hawking aclara que existen tres flechas del tiempo que distinguen el pasado del futuro. "Son la flecha termodinámica, la dirección del tiempo en la cual el desorden aumenta; la flecha psicológica, la dirección del tiempo según la cual recordamos el pasado y no el futuro; y la flecha cosmológica, la dirección del tiempo en la cual el universo se expande en vez de contraerse", explica Hawking. Pero no siempre las cosas son como aparentan ser. A principios de este siglo, la teoría de la relatividad y la teoría cuántica proporcionaron algunos sorprendentes descubrimientos sobre la naturaleza del tiempo.

También a escala microscópica, en el mundo de las partículas subatómicas, el tiempo parece comportarse de forma bastante desconcertante. De hecho, a ese nivel no podemos hablar de pasado o de futuro, puesto que las partículas elementales -que suelen alcanzar velocidades próximas a la luz-obedecen leyes reversibles en el tiempo. El físico norteamericano Richard Feynman sugirió la posibilidad de que el positrón (antielectrón) fuese en realidad un electrón que se traslada del futuro al pasado..., pero eso es otra historia....

"¿Qué es, pues, el tiempo?...Si nadie me lo pregunta, sé lo que es; Si quiero explicarlo a quien me lo pregunta, entonces, no lo sé". (San Agustín, "Confesiones", Libro IX)

"End of transmission"




viernes, 9 de noviembre de 2012

SKYNET Y LAS PARADOJAS TEMPORALES



En 1984, James Cameron dirigió una de las mejores películas de ciencia ficción futurista de la década. Tomando cada elemento de forma individual, consiguió un cocktail tan explosivo que logró con Terminator un éxito de taquilla y, por encima de todo, una película de culto del género.
Y es que todo en ella cuadra a la perfección: en el 2029, Skynet, la inteligencia artificial militar creada por los humanos en el siglo XX y que está a punto de perder la guerra contra ellos (en 1997 toma conciencia propia y designa a la raza humana como una especie amenazadora), decide que la única forma de ganar es evitando el nacimiento de John Connor, el líder de la resistencia que logrará el fin de las máquinas.
Para ello, envía a 1984 a un Terminator T-800 (Arnold Schwarzenegger), una cyborg, máquina letal que tendrá como misión matar a la madre del futuro John, Sarah (Linda Hamilton).
No obstante, la resistencia también consigue enviar en la máquina del tiempo a uno de los suyos, Kyle Reese (Michael Biehn), para que proteja a Sarah y extermine al Terminator. 
Será entonces cuando nos demos cuenta de que sin este viaje nada se hubiese iniciado, porque el verdadero padre de John será Kyle, y el nacimiento de Skynet surge gracias al brazo encontrado del T-800 que no acabó de destruirse.

Una de las paradojas más famosas es la que expone el principio de la existencia de John Connor. Primero que todo y para situarnos en un punto cero, tomaremos como referencia a Terminator,  la primera entrega. Se sabe con certeza que la linea temporal estaba normal hasta que irrumpieron en escena Kyle Reese y el T-800. Por ende se supone que hasta antes de este hecho, John Connor si existía en un apocalíptico futuro y se sabe también que su madre era Sarah Connor, pero… ¿quién era su padre?…, para que la respuesta a esta pregunta tenga un real sentido, debería ser cualquier persona menos Kyle Reese.
Skynet manda al pasado al T-800 y Connor a Reese que era su hombre de confianza, mano derecha y por sobre todo su amigo, pero nada, absolutamente nada hacía presagiar que se convertiría en su padre.
¿Puede ser esto posible?, yo creo que NO, al momento de que Reese tiene relaciones con Sarah y engendra un hijo con ella, automáticamente el Connor del futuro debería desaparecer, el padre es otra persona, los genes son distintos y esto hace que John no sea el mismo o, por otro lado, que ni siquiera exista. A mi modo de ver, el líder de la resistencia se desvanecería por culpa de si mismo, todo por mandar a Reese al pasado… es un suicidio en el tiempo.
Y si Connor no hubiera mandado a Reese sino a otro soldado, o si Reese no se hubiera emparejado con Sarah, o si el Terminator hubiera matado a Kyle antes de que tuviera relaciones con Sarah… ¿John existiría?. ¿Es posible cambiar todos los factores originales de la existencia de John y que este continúe siendo la misma persona?. Si la historia es lineal ¿Cómo se enterarían en el futuro que realmente cambió su presente?, ¿Se convertiría todo en un círculo vicioso del tiempo, en dónde en el momento preciso de la historia volvería Reese al pasado?; Porque aunque Reese muere, en realidad muere el Reese del futuro, no el de los 80´s, por ende hay un Reese que va a seguir creciendo y se convertirá en la mano derecha de Connor el cual mandará al pasado a salvar a su madre y así infinitamente se repetiría la historia… sería el fin de los tiempos… 

Es posible que el universo no tenga una línea temporal absoluta, que permanece inalterada una vez que los sucesos ocurren, o desde un punto de vista determinista, desde el comienzo del tiempo. En su lugar, cada partícula tendría su propia línea temporal y, por ello, los humanos también la tendrían. Esto puede considerarse similar a la teoría de la relatividad, excepto que afecta a la historia de una partícula en lugar de a su velocidad.

Las fuerzas físicas afectan a las partículas físicas. Si todas las partículas físicas de un ser humano viajaran atrás en el tiempo, esa persona podría matar a su propio abuelo (ninguna fuerza física se lo impediría). Como resultado, no obtendría nada físico, porque no hay fuerzas físicas que puedan entender lo que ha pasado, y esta nueva línea temporal se desarrollaría simplemente porque el universo no tiene ningún mecanismo para deshacerla. El yo futuro de esa persona no necesita nacer para cumplir el destino de volver atrás en el tiempo, porque no hay líneas temporales «absolutas» que deban cumplirse. Si esa persona fuese capaz de encontrar y observar las versiones actuales de sus partículas futuras, éstas seguirían también leyes físicas, y por tanto no se convertirán en su yo futuro (porque uno de sus padres no estará allí para procrearlo).

Se ha postulado que algunas partículas poseen la cualidad natural de "retroceder en el tiempo", lo que a un nivel cuántico significa que, si ocurre un proceso físico determinado, de manera aleatoria éste puede revertirse y devolver a la partícula involucradas al estado anterior. Dado que no se conoce aún cuándo sucederá y el porqué de hacerlo, es un proceso que no puede repetirse en una situación controlada. Esto equivale a decir que si se quemase un papel, luego y sin motivo aparente el humo y las cenizas se volviesen a unir para formar el mismo papel.
Se llegó a postular que de poder controlarse este fenómeno podría construirse una máquina que pudiese retroceder todos los procesos físicos que allí ocurran en un determinado tiempo, y luego, construir otra aún más avanzada que revirtiera los procesos ocurridos fuera de ella, manteniendo estable el interior. Así, los ocupantes que estuviesen dentro verían retroceder el tiempo a su alrededor, pero sólo en el sentido histórico.
En el resto del Universo, aquellos objetos que se encontrasen fuera del alcance de la máquina, seguirían su curso sin alterarse.

"El futuro no está establecido. No hay destino. Sólo existe el que nosotros hacemos" John Connor

"End of transmission"





miércoles, 7 de noviembre de 2012

EL AÑO EN QUE HICIMOS " CONTACTO "




¿Necesitaba 2001 Una Odisea Espacial una continuación? Probablemente no. Las obras cumbres son tan perfectas, tan míticas, que no necesitan para nada una continuación, por mucho que todo parezca quedar en el aire al final.
Pero 2010: Odisea Dos, dirigida por Peter Hyams en 1984, intenta ser una digna continuación de 2001, aunque no logra en ningún momento zafarse de la sombra de su ilustre predecesora. 
La novela narra la extraordinaria aventura de la nave soviética Leonov, a bordo de la cual viaja una tripulación mixta, rusa y norteamericana. Su misión no es otra que viajar hasta el sistema joviano y contactar con la nave americana Discovery, abordarla y averiguar qué fue lo que ocurrió para que se perdiera todo contacto con ella, y, si es posible, reactivar sus sistemas de propulsión y enviarla de vuelta a la Tierra. La tripulación de la Leonov también debe intentar localizar el extraño artefacto alienígena (el archifamoso monolito negro) e investigarlo en la máxima extensión posible empleando sensores remotos. Mientras la Leonov inicia su peligrosa travesía, en la Tierra se agudizan las tensiones internacionales y se presiente en el horizonte la amenaza de la guerra. Sus protagonistas son: Roy Scheider (Dr. Heywood Floyd); John Lithgow (Dr. Walter Curnow); y Hellen Mirren (Tanya Kirbuk).

Respecto a la cosmonave, Arthur C. Clarke la bautizó con este nombre en honor al general Alexei Leonov, uno de los más grandes cosmonautas de la historia. Precisamente el libro está dedicado a Leonov y al Premio Nobel Andrei Sajarov, dos de las personalidades más admirables que dio al mundo la extinta URSS.
Lo mejor de las novelas de Clarke es su credibilidad. Pocos autores poseen su bagaje científico, y eso se nota en cada página, casi en cada frase que escribe. Una novela de Clarke es una ficción futurista, pero los adelantos tecnológicos que describe son perfectamente realizables en un futuro más o menos próximo. La corrección científica de que hace gala en sus obras es digna de admiración y muy instructiva.

Si la película no deslumbra visualmente como su antecesora, intenta de ser escrupulosamente realista en sus aspectos fundamentales. La visión de Jupiter y sus lunas parte de imagenes creadas por sondas enviadas por la NASA. La navegación espacial del “Leonov” sigue los parámetros de una exploracion real. Y las especulaciones sobre la existencia de vida en Europa estan a tono con los últimos hallazgos de la sonda Galileo, en donde surge con mas fuerza la posibilidad que Europa sea uno de los pocos lugares en todo nuestro sistema solar donde el desarrollo de vida sea posible.
Nuestros progresos en computadores, robotica, nanotecnologia y exploracion espacial hacen posible plantearse la construcción de sondas interestelares capaces de explorar la galaxia.
Esta exploración es enteramente factible. Modelos númericos basados en premisas razonables sugieren que un plazo de unos doscientos millones de años sería posible explorar nuestra galaxia para una civilización de un nivel tecnológico semejante al nuestro.
Si esto es asi resultaría sorprendente no haber hallado evidencias de visitas extraterrestres. Que sepamos no se ha encontrado nada que de la indicacion de un artefacto alienígena.
De este hecho surge la conocida Paradoja de Fermi: "Si civilizaciones inteligentes existen, porque no estan aqui? 

“El ser humano del planeta tierra es un producto fabricado por seres inteligentes que poblaban el Universo o parte del mismo mucho antes de nuestra existencia. estos seres nos han puesto en el planeta que hoy poblamos y siguen controlando de cerca nuestra evolución. Nunca han dejado de encauzar sutilmente el curso de nuestra historia” Alienígenas Ancestrales


"End of transmission".

 

lunes, 5 de noviembre de 2012

EXPERIMENTO FILADELFIA ¿MITO O REALIDAD?


Producida por John Carpenter, EL EXPERIMENTO FILADELFIA es del año 1984 y fue dirigida por Stewart Raffill. Su argumento estaba construído sobre un hecho que se según dicen se produjo en la base naval de Filadelfia, Estados Unidos. Toda esta historia estaba a su vez basada en textos de Charles Berlitz,  que desde los años 70 era muy conocido por sus investigaciones y subsiguientes libros sobre temas como la Atlántida, el triángulo de las Bermudas y The Philadelphia Experiment: Project Invisibility  que da base al guión.
En 1943, en plena Segunda Guerra Mundial, el destructor USS Eldridge,situado en el puerto de Filadelfia, va a ser sometido a un experimento ultrasecreto por el que se le equipará con unos sistemas que le harán invisible.Pero algo sale mal y tan sólo dos hombres sobreviven, los marineros David Herdeg y Jim Parker.
Pero lejos de regresar sanos y salvos al puerto, ambos se ven proyectados por un vórtice temporal que los lleva al futuro, apareciendo repentinamente en 1984 en algún lugar del desierto de Nevada.
De su reparto dos rostros quedaron en la memoria colectiva, asociados con la película, y eran Michael Paré y Nancy Allen, quién después se haría superpopular por su interpretación de la oficial de policía Anne Lewis en las tres entregas de Robocop.

¿ Fué real ó es sólo un mito ?

Conocido también por el nombre de «Project Rainbow» («Proyecto Arco Iris»), este experimento comenzó a tomar forma a partir de 1939, año en que una serie de científicos se interesaron por las investigaciones de Nikola Tesla–inventor y experto en electromagnetismo- y Albert Einstein. Al parecer, y según determinaron los especialistas, creían posible que a partir del trabajo de estos dos expertos podrían lograr curvar los rayos de luz que llegan a los objetos para así volverlos invisibles.
Acorde al mito, el Gobierno de los Estados Unidos se interesó inmediatamente por este proyecto por ver en él grandes aplicaciones militares para sus buques de guerra.
Por lo tanto, ante las ventajas que ofrecía esta nueva tecnología, el ejército norteamericano aceptó llevar a cabo un experimento en el que se pretendía, «emplear unos generadores eléctricos en el interior de un buque con el fin de formar campos electromagnéticos lo suficientemente potentes como para curvar las ondas de luz y radio alrededor del barco, logrando así hacerlo invisible, no sólo al radar, sino a la vista».
Alrededor de 1943, se seleccionó el navío en el que se realizaría esta prueba, el USS. Eldridge, un destructor de escolta que podía albergar hasta 200 marineros en su interior. Este barco de guerra contaba con un gran armamento para la época, lo que hizo que los responsables lo eligieran para hacer de él un arma definitiva.

El experimento, según el mito, fue realizado por científicos norteamericanos (entre ellos, el propio Albert Einstein) e investigadores alemanes contrarios al régimen nazi. Para llevar a cabo la prueba, se seleccionó la base naval de Filadelfia, actualmente dedicada, entre otras cosas, a guardar navíos militares «jubilados».
Se hizo una primera prueba «el 22 de julio de 1943» en las aguas del puerto de Filadelfia, y tuvo un relativo éxito. «El destructor quedó cubierto de una extraña luz verde hasta que desapareció a la vista de los testigos. La tripulación quedó en estado de shock y muchos sufrirían posteriormente desórdenes mentales. 
El presunto éxito, provocó que la marina estadounidense planificara una nueva prueba para cerciorarse de que era posible mantener la invisibilidad de este barco durante un largo período de tiempo, lo que haría que pudiese atravesar las líneas enemigas sin ser detectado. 
La imaginación empezaba a volar y los norteamericanos se creían inventores de la técnica militar definitiva.
Este segundo experimento tendría lugar presuntamente el 28 de octubre de 1943. Pero, esta vez, los resultados fueron mucho más catastróficos. Según la leyenda, alrededor del buque comenzó a materializarse un campo de energía perfectamente visible, a continuación, una neblina verde ascendió desde el casco y, de repente, el Eldridge desapareció. Sin embargo, se podía apreciar que aún se encontraba en el agua debido a las marcas que el peso del barco provocaba en el mar. Se cuenta que, momentos antes de volverse invisibles, varios marineros sufrieron desmayos y uno fue fulminado al instante. A su vez, se narra también que algunos sufrieron combustiones espontáneas o cayeron rendidos al suelo.

Después, hubo una explosión luminosa y las marcas en el mar desaparecieron. En esta ocasión, tras su desaparición en el puerto de Filadelfia, fue avistado durante quince minutos en Norfolk, a 600 kilómetros de distancia, por la tripulación de un mercante. Por lo tanto no sólo se esfumó ante los ojos de los asombrados expertos, sino que el buque de guerra se teletransportó con toda su tripulación a 600 km. de alli.
El mito incluso afirma que los marineros que pudieron declarar tras el experimento atestiguaron que, cuando el Eldridge se desmaterializó, se sentían flotando sobre la nada. Tras este accidente, el proyecto fue cancelado inmediatamente, el instrumental desmantelado y los archivos y datos del proyecto presuntamente eliminados.

A pesar de lo arraigada que está el mito del «Experimento Filadelfia» y que determinados investigadores han llegado a afirmar que podría ser cierto, hay que tener presente que este supuesto experimento no es más que un mito, sin que exista ninguna evidencia de que hubiera podido tener lugar.
Para empezar, y entre los muchos elementos con los que no se está de acuerdo, se sentencia que es imposible que Albert Einstein participara en el proyecto. «Nadie pudo haber colaborado en él. Si se ha unido el nombre de Einstein al Experimento Filadelfia es porque este científico trató de unificar el electromagnetismo y la gravedad mediante una única teoría,(Campo Unificado), aunque no tuvo éxito en el empeño; de ahí se ha deducido, sin ninguna base, que Einstein pudo haber estado detrás del experimento» se asevera.
En segundo lugar,.el USS Eldridge era un destructor de la marina norteamericana que, según los datos que figuran en los archivos, entró en servicio después de la fecha del primer experimento, por lo que es difícil que pudiera ser el protagonista del misterioso episodio. Del mismo modo, en la fecha del segundo experimento, el USS Eldridge no se hallaba en Filadelfia.
Por todo esto, nos podremos preguntar, ¿fue el «Experimento Filadelfia» una realidad? muchos investigadores dejan la puerta abierta a una posible explicación lógica: «Cabría la posibilidad de que el USS Eldridge u otro buque se emplease para realizar algún tipo de prueba de carácter electromagnético que entrañó riesgos para la tripulación y que por eso se mantuvo en secreto. Ese tipo de experimentos no fueron infrecuentes durante la Segunda Guerra Mundial.
La marina norteamericana vendió el destructor a la marina griega, sirviendo hasta 1990. Un hecho extraño, y que siembra alguna duda, es que las páginas del cuaderno de bitácora desde su botadura hasta el 1 de diciembre de 1943 estaban cuidadosamente arrancadas. También resulta inquietante que la instalación eléctrica del barco presentase anomalías que sorprendieron a los técnicos griegos. También se reportaron incidentes menores, como desaparición de pequeños objetos, extrañas vibraciones o presencia de un halo verde, pero cabe la posibilidad de que fuera debido a la autosugestión provocada por el peculiar mito del barco.
"El mito es la parte oculta de cada historia, la parte sepultada, la región que todavía está sin explorar porque todavía no hay palabras que nos permitan llegar allí...El mito se alimenta del silencio tanto como de las palabras"  Italo Calvino 
"End of transmission"